Asfixia, dolor, agotamiento, melancolía, recuerdos que queman de dentro hacia
afuera. No puedo respirar, necesito el aliento que me proporcionas. Cada golpe
del cristal contra la barra me libera. Puedo perderme entre tus grados, calentarme
en tu fuego y dejar atrás los demonios, después de todo allá donde nosotros
vamos nunca pueden alcanzarnos. No soy capaz de sentir, no voy a negarlo ¿pero
quién puede culparme por alejarme de tanta miseria? No queda nada que salvar,
nada que recordar, me he perdido. Mayo, junio, las hojas pasan y soy incapaz de
notarlo. Mi vida se ha resumido a esto, a una relación en la que yo te consumo
o quizá seas tú el que lo haga. Sin embargo, déjame consolarme pensando lo
primero. No puedo dejarte atrás, sentir
es una opción que ya no contemplo. No logro alejarte de mis labios, aunque
dicen que me matas, la verdad es que gracias a ti puedo respirar de nuevo.
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