2 mar 2016

Dejarme atrás:

(A pocos minutos para el anochecer. En un viejo cementerio se encuentran dos hermanos. El primero, de apariencia un poco mayor, está sentado en un banco cercano al cementerio, sin embargo se levanta cuando ve al segundo hombre aparecer. Dylan, el primer joven, de pelo moreno desordenado; lleva unos vaqueros negros con botas y una chaqueta de cuero vieja. El segundo, Jack, lleva unos vaqueros azules, playeras, y una cazadora marrón que hace destacar su pelo rubio.)
Jack: ¿Has estado en el cementerio?
Dylan: Sí, con Teresa
Jack: ¿Con Teresa?
Dylan: Sí
Jack: ¿Y Teresa? ¿Dónde se encuentra ahora?
Dylan: (mirando a Jack con el ceño fruncido) ¿Cómo  que dónde se encuentra? Pues justo aquí, a mi lado, como siempre. Sabes qué día es hoy y hemos ido a llevarle flores a Samantha. Deberías tener un poco más de respeto.
Jack: (suspirando mientras se acerca a su hermano) Lo siento Dylan, tienes razón, no debería haber dicho eso. ¿Qué te parece si os llevo a ti y a Teresa a casa? Está comenzando a hacer frío.
Dylan: (asintiendo y abrazando al aire) De acuerdo, vamos cariño.

Acto dos:
(Jack sin su hermano. En una consulta decorada con un gran escritorio y una estantería repleta de libro a los lados. Jack, con la misma ropa que en el acto anterior. El Dr. Roldán, sentado en una silla frente a Jack, lleva gafas de pasta y una bata blanca)
Dr.: (sorprendido) Jack, ¿qué haces aquí?, no te esperaba esta noche.
Jack: (Bajando la mirada) Ha vuelto a ocurrir. Mi madre me llamó porque no podía encontrarlo así que me acerqué al cementerio y allí estaba de nuevo, con Teresa. Y ya no sé qué hacer. Al principio, cuando despertó del accidente, tuve la esperanza de que mejoraría, todos lo creíamos, pero han pasado cuatro años. Cuatro años y aún no he recuperado a mi hermano.  Tú eres el especialista, así que dime ¿Qué puedo hacer?
Dr.: Jack, sabes que aprecio mucho a tu hermano pero, no hay forma de ayudarlo. Tras el accidente, no fue capaz de asimilar la muerte de Teresa y de su hija. Así que, su mente, incapaz de afrontar la realidad lo empujó a un trastorno esquizofrénico paranoide. Jack, sé que es difícil, pero tienes que comprender que para tu hermano, su esposa no murió hace cuatro años. Para él sigue viva.

Jack: (con una mirada de dolor) No puedo más, aquella noche no solo perdí a mi sobrina y a mi cuñada. Mi hermano, mi otra mitad, está enterrado junto a ellas. Ese hombre que he dejado en casa es un desconocido para mí, a veces pienso que sería mejor si hubiese muerto. 

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