3 jun 2016

Golpes de realidad

Siempre me gustó mirar su larga melena al viento, cuando paseaba, ella me parecía intocable, libre, una diosa. Me equivoqué al pensar que nada podría dañarla, a pesar de su vitalidad, el tiempo me demostró que nadie es inmune, nadie puede escapar de la enfermedad cuando ésta te elige, no importa lo bueno o querido que seas o lo mucho que merezcas ser salvado.
 Mis últimos recuerdos de ella son en una cama, se encontraba sin pelo y con los ojos hundidos, aunque, lo realmente importante es que siempre me recibía con una sonrisa. Sabía que pronto exhalaría su último aliento, iba a morir y aun así se preocupaba por nosotros. Verla me hizo pensar que los héroes no son solo aquellos que llevan capa, sino las personas que son capaces de intentar hacer feliz a los demás cuando la vida se les escapa. Siempre pensé que lo lograría, que su fortaleza y mi amor serían suficientes para salvarla. Sin embargo, al final, aprendí que la esperanza es algo especialmente cruel.


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