7 abr 2016

Emociones en duelo

Paseos a medianoche causados por el insomnio, mañanas de domingo iniciadas con desayunos en la cama. Amaneceres efímeros olvidados en un beso, recuerdos de un nosotros que se perdió entre la niebla. ¿Por qué no puedes regresar? Por favor, ven y abre la puerta. Sácame de estas cuatro paredes, devuélveme las ganas de vivir porque hace tiempo que ya no me quedan.


¿Dónde estás? ¿Puedes oírme? ¿Me recuerdas? Aquella tarde, cuando el médico dijo que nos quedaban solo seis meses, nunca pensé que el tiempo fuese a desaparecer sin apenas darnos cuenta. Te fuiste y ahora ya no regresas, ya no vuelves enfadado del trabajo y me cuentas tus problemas durante la cena, ya no vamos a pasear al parque, ni a pisar charcos en las aceras. Necesito que vuelvas, pero estás preso, ambos condenados por una losa de piedra. Hoy, está lloviendo, y mirando a la calle sólo puedo pensar ¿por qué no regresas?

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